1985: Mi Ciudad en Ruinas...

Poco antes de las siete de la mañana, en casa, ya todos listos para salir a la escuela y trabajo respectivamente, mi madre en cama recuperándose de una operación (han sido tantas que no recuerdo cuál fué en esa ocasión). Yo, 10 años, en el descanso de la escalera. Mi padre y mis hermanos en la cochera... de pronto la tierra bajo mis pies comenzó a moverse.
Ese momento de sacudida quedará siempre en mi memoria, yo no me moví de miedo e incertidumbre, mi padre gritaba a mis hermanos para que se resguardaran, mi madre gritaba en el segundo piso de la casa porque "todo se movía" y yo no pude dar ni un paso; pocos minutos que parecieron eternos... Pero estábamos a salvo... Ahora si de camino al colegio...
Yo era muy pequeña quizá para comprenderlo, pero no lo olvido, no olvido la ciudad a mi paso, todo reducido a escombros... en cuestión de segundos, la glamurosa ciudad de México se volvería un mar de concreto y hierros que sepultarían a millones de personas que, como yo tampoco lo comprendieron, pero a diferencia mía, ellos hoy no pueden recordarlo.
La televisión mostraba las imágenes de una ciudad devastada, de una nación que había visto caer su imponente capital como si un juguete se tratara. Recuerdo que mi familia puso al servicio del estado el teléfono pues las comunicaciones de casi toda la ciudad estaban inservibles. Yo escuchaba las conversaciones que sostenían mis padres para indicar -según las listas que recibían- quienes estaban vivos y quienes desaparecidos.
El hotel Regis desde siempre estuvo vinculada con la vida de mi padre, ahí llegaba mi abuelo cundo viajaba de Tampico al D.F, ahora ya no existe más, mi padre ante sus ruinas me contaba lo que fué viajar por primera vez con su viejo... Justo tres días después del desfile militar con motivo de los festejos de la independencia... Yo estuve en ese desfile junto a mi padre y hermanos, el centro de la capital ya no existía ¿y si hubiese sido el 16? - se cuestionaba mi padre.
Yo solo recuerdo polvo, dolor, muerte... Recuerdo a los héroes, recuerdo a "la pulga", recuerdo a los niños recién nacidos rescatados días después, recuerdo los simulacros de evacuación que siguieron a la catástrofe, recuerdo la réplica ese 19 en la noche y a la comentarista de televisión fuera de sí gritando "esta temblando, esta temblando!!!". Recuerdo historias de amigos, familiares y desconocidos; recuerdo y lo que recuerdo me produce dolor.
Hoy, 20 años después leo las noticias, si ésto vuelve a pasar mi ciudad vuelve a verse en peligro por los deficientes sistemas de protección. 20 años después, hay solares y miles de personas sin solución a sus necesidades... El terremoto del 85, una fecha que sin duda quedó clavada en mi memoria por la cruenta devastación de la natulareza ante quienes somos indefensos, y clavada también por las acciones internacionales, pero sobre todo a los anónimos que dejaron todo para unirse al dolor, ayuda y solidaridad.
20 años del terremoto más grande visto en mi país, ojalá que no vuelva a repetirse.
Earween*
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